Llega un nuevo atardecer, en donde las flores se marchitan, las hojas se caen y un manto helado empieza a cubrir esta tierra. Un atardecer que presagia tristeza, nostalgia y melancolía, que nubla los corazones de los que seguimos aquí. Que nos avisa que la noche va a llegar, que un velo fantasmagórico nos amenazará en días futuros y que la Luna se verá reflejada en frío y hielo.
Llega el atardecer y con él tiempos de penumbra, en donde una pequeña hoguera no bastará para calentar nuestros corazones. Pero nuestro sentido nos dice que lo que acaba siempre vuelve a empezar. Que de la muerte llega la vida, que del dolor llega la alegría, que de la noche llega el día.
Y aunque la noche sea larga no apagará la chispa de la esperanza de un nuevo amanecer. Ven atardecer, ven, que aquí te esperaré mirando al horizonte, de la mano de la llama que calienta mi espíritu, en pos de un nuevo día.