Inocencia inmaculada.

 A ese niño le diría que lo siento, siento no haber podido estar ahí, siento no haberte podido dar la mano en la playa, siento no haberte podido llevar a pescar, siento no haberte podido enseñar a luchar, siento no haberte podido ayudar con las chicas, siento no haberte podido proteger cuando lo necesitabas, siento no haberte podido dar la confianza que no tenías, siento no haberte podido ayudar a gestionar tus miedos, siento no haberte podido enseñar a ser valiente, siento no haberte podido abrazar cuando te sentías solo, siento no haber podido jugar contigo con tus juguetes, siento no haber podido llenar el vacío que dejó él.

Pero no las tenía todo conmigo, yo tampoco tenía confianza para darte, tampoco tenía valor para protegerte o enseñarte a luchar, tampoco tenía suerte con las chicas, tampoco había superado nuestros miedos, tampoco podía jugar contigo, tampoco se pescar y también me sentía vacío.

Pero ahora sé que si que estoy contigo, seré valiente, seré confiado, seré fuerte, seré divertido y sobre todo te daré los abrazos que necesites cada vez que te sientas solo, porque ahora sé que nos tenemos el uno al otro, siempre nos hemos tenido, ahora no tienes que preocuparte porque yo me encargaré del resto, tu descansa, vive feliz, yo me encargo de todo, ya puedes irte mi niño, a tu mundo de infancia e inocencia, ya no cargarás más con esa mochila, porque yo que soy tu, valgo con todo, y cada vez pesa menos.

 



Al Amanecer de mis días

El dolor viene y luego se va, pero el saber todo lo que pudo ser y no fue, eso permanece, carcomiéndote por dentro haciéndote sangrar lentamente sin fin. Y quieres volver atrás y cambiar las cosas pero no puedes, quieres aprovechar el tiempo ya perdido pero no hay manera. Quieres que un milagro suceda y te conceda el deseo pero sigue siendo deseo, no realidad. 

La vida te marca un lugar y un camino que a veces parece hecho para sufrir, para ver como tus sueños no se cumplen, como los años pesan más, como intentas alcanzar su mano pero no llegas, como se te escapa el último mechón de su cabello y desaparece en las sombras. Pero aun así, no te rindes.

Alzas la mirada y miras a un abismo profundo y oscuro que amenaza con tragarte y consumirte. Y una llamarada intensa en tus ojos surge intensamente, y gritas NO, no voy a rendirme, voy a seguir avanzando, voy a seguir luchando, voy a seguir sanando, voy a seguirla hasta el fin del mundo. Ya que tu mundo eres tu, pero no solo tu, también es "tu mundo" y no le puedes fallar. Eliges sufrir, eliges cargan con más, eliges resistir, y sigues estirando tu mano esperando que la coja y agarrarla fuerte para que no vuelva a caer.

- al Amanecer de mis días -