Dos versos

    El hoyo es profundo, no lo llena la tierra, no lo llena el agua, no lo llena la sal, no lo llenan las lagrimas de plata brotando de la oquedad, que tu mirada perdida dejó en mis ojos cristalinos. Plata de azufre, de alma que sufre, de alma vacía sin energía disruptiva. 

    Ojos sin alma. Como un beso sin labios como una abrazo sin brazos, un corazón sediento de lo que no puede dar, de lo que no puede liberarse, de los gemidos que rasgan la luz en medio de la oscuridad. Corazón sin alma. 

    La Luna te mira cual tesoro que no puede alcanzar, cual anciana ella que vive en soledad mirando por la ventana esperando una luz, luz de ese diamante enterrado en un hoyo y que no puede brillar, mientras la luna de plata envuelta está. Alma de luna, inalcanzable, insondable, afable, naciendo en la noche muriendo en el día sin poder verte brillar.